Rompiendo las barricadas

Opinión

 

Hoy he sido testigo en primera línea de un ataque a los derechos de los trabajadores y trabajadoras en Turquía.

Estaba en las barricadas cuando la policía y las fuerzas de seguridad, por órdenes de su Gobierno, lanzaron gases lacrimógenos y dispararon balas de goma contra grupos reducidos de trabajadores.

Desde temprano por la mañana hasta tarde por la noche del 1 de mayo, los trabajadores en Estambul fueron objeto de un ataque brutal.

Se calcula que 40.000 policías dotados de equipos antidisturbios y máscaras de gas tomaron las calles de la ciudad.

Las cicatrices del Primero de Mayo de 2013 van a ser profundas para millones de trabajadores y trabajadoras de Turquía.

Queríamos ir a la Plaza Taksim y cantar canciones de paz, pero el Gobierno optó por recurrir a los instrumentos de guerra – me dijo el Presidente de la confederación sindical turca DISK.

Mientras los sindicatos seguían negociando hasta el último momento para poder llevar a cabo una celebración pacífica del Primero de Mayo, el Gobierno estaba ocupado en traer fuerzas policiales adicionales desde la frontera georgiana, que se encuentra a más de 30 horas de viaje por carretera.

El año pasado 600.000 trabajadores celebraron el Primero de Mayo en la Plaza Taksim, con grupos de música que tocaron toda la noche y gente bailando por las calles.

Esta plaza ha sido durante 30 años un símbolo de las libertades democráticas y los derechos de los trabajadores, después de que en el año 1977 más de 30 personas perdieran la vida cuando los extremistas de derechas abrieron fuego contra los manifestantes.

 

Un cierre de toda la ciudad

Este año el Gobierno ha impuesto un grado extraordinario de ley marcial. Muchos nos hemos pasado el día preguntando por qué.

Todas las carreteras y puentes principales de Estambul estaban acordonados con barreras del Gobierno y reforzados con tanques de agua, furgones blindados y policías armados.

La policía confiscó los permisos de conducir de los conductores de autobuses que recogían a los trabajadores de las fábricas y, por primera vez desde 1970, los puentes que cruzan sobre el enorme Bósforo se abrieron para impedir que los trabajadores llegaran a la Plaza Taksim.

 

Fuerza extraordinaria

Para los que sí consiguieron llegar a los puntos de encuentro, la policía tenía órdenes de dispersar por la fuerza a grupos de incluso apenas cinco personas.

Primero utilizaron gases lacrimógenos para cegarnos, después sacaron los cañones de agua y por último utilizaron balas de goma, me dijo un trabajador joven.

El presidente del sindicato de los trabajadores del sector de la energía se encontraba en una calle lateral con otra persona cuando fue alcanzado por balas de goma que disparó contra él la policía.

A pesar de la sangre que le chorreaba por la cara, consiguió llegar a la oficina central de la confederación sindical turca DISK en el momento en que el edificio era sitiado.

En su interior, la Secretaria General de DISK - médico de profesión, y la primera mujer que dirige una confederación sindical turca - pudo darle un tratamiento médico de emergencia al tiempo que una nube de gases lacrimógenos envolvía el edificio.

Por la tarde, cuando visité el edificio del sindicato, el olor nauseabundo de los gases lacrimógenos seguía en el aire.

 

Más de 200 heridos en los ataques del Primero de Mayo

Me reuní con Ali Duman, que tenía la camiseta cubierta de sangre y la cabeza vendada. No era el único herido de la jornada. Había dos personas que permanecían en estado grave, y más de 200 habían resultado heridas.

A una joven de 17 años la persiguieron hasta el interior de una casa. La policía tiró la puerta y le disparó balas de goma a corta distancia.

Al final de una jornada sumamente dura, cuando los trabajadores volvían a sus casas, la policía paró varios autobuses y detuvo indiscriminadamente a las personas que parecieran haber sido alcanzadas por los gases lacrimógenos o haber estado en las barricadas.

Al final de la tarde del Primero de Mayo habían sido detenidas 70 personas.

Pero los ataques contra los trabajadores no terminaron ahí.

Este Primero de Mayo, el Ministro de Trabajo anunció que iba a restringir los derechos de los trabajadores reduciendo las indemnizaciones por cese y creando más puestos de trabajo subcontratado.

Qué día tan trágico. Pero marca un comienzo, no un final.

El legado de hoy en Turquía ya ha empezado a correr por las venas del movimiento internacional de trabajadores, dándonos fuerza.

Estamos desarrollando el poder de los trabajadores en todos los rincones del planeta.

Nos mantendremos unidos como hermanos y hermanas.

Detendremos la opresión, los ataques a los derechos de los trabajadores y los ataques a la democracia.

Detendremos las barricadas al trabajo decente y a la justicia social.

El photostream de la CSI

 

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.